12 mar 2012

¿qué es esto?


Como yo me las sé todas
ofrezco un nuevo servicio:
Respondo preguntas bobas
(y preguntas no tan bobas)
aplicando mi gran juicio.

No hay nada que mi poesía
no te pueda responder.
Para qué es la geometría,
dónde fueron los tranvías...
Lo que vos quieras saber.

Por ejemplo ¿Dónde van
tus zapatos por la noche?
¿Cuántas lluvias lloverán?
De las aguas que caerán
¿cómo se evita el derroche?

¿Quién inventó la sandía?
¿Cómo se peina un carpincho?
¿Cuántas patas tiene un día?
¿Dónde está la pelopincho
que soñé mientras dormía?

¿Cómo es del lado de adentro
la casa de mi vecino?
¿Dónde está lo que no encuentro?
¿Qué tomo para ir al centro?
¿Y qué le importará al comino?

Hoy te debo las respuestas
de estos ejemplos que doy.
Y no es que no esté dispuesta.
Me invitaron a una fiesta
y en un minuto me voy.

Pero vos andá pensando
lo que me preguntarías.
Que mientras yo estoy bailando
tus “cómos”, “porqués” y “cuándos”
se transformen en poesía.

8 mar 2012

el pez que hablaba al revés


En el fondo de la mar
una vez conocí un pez
que aunque ustedes no lo crean
decía todo al revés.

Ya verán cuando lo vean.
Cuento: uno, dos y tres…

Cada vez que quería hablar
las palabras delirantes
se ponían a girar
como burbujas danzantes.

Además de cada letra
las ideas se invertían,
“calor” le salía “frío”
¡y “no” cuando “sí” quería!

¡Amam! ¡Amam! ¡¿Pasa me qué?!
Quedate tranquilo, hijito…
¿Qué por godi doto al vesre?
¿...Qué? ¿Querés otro heladito?

¡¡Te odio!! Le dijo a su novia
porque estaba enamorado…
Y al pescador le gritaba
que quería ser pescado.

Todo era un lío tremendo
en su mundo entreverado.

“Locarac”  por caracol,
“asudem” por la medusa,
“los” quería decir sol…
La cosa era tan confusa…

Le pidió ayuda al doctor
que tampoco entendió nada,
pero le cortó la tos
(era el doctor pez espada).

También con los tiburones
tuvo charlas muy complejas.
Trató de hablar con las algas,
¡hasta le rogó a una almeja

que lo ayuden! Que él quería
hablar como todo el mundo…
Pero nervioso empeoraba
y acá es donde me confundo,

(Verán que no es nada fácil
en un caos tan rotundo).

¿Hablaba en serio? ¿Bromeaba?
¿Por qué se reía tanto?
¿Sería que su problema
volvía risa su llanto?

Entonces llegó de lejos
una tortuga tan sabia
que con remedios caseros
le acomodó las palabras.

Con gran paciencia escuchaba
tratando de comprenderlo.
Y si no entendía nada
le interpretaba los gestos.

Le preparaba tecitos,
lo dejaba equivocarse.
Créanme que de a poquito
todo empezó a enderezarse.

¿Que si  se enojó la novia?
¡Hoy mismo van a casarse!