Como yo me las sé todas
ofrezco un nuevo servicio:
Respondo preguntas bobas
(y preguntas no tan bobas)
aplicando mi gran juicio.
No hay nada que mi poesía
no te pueda responder.
Para qué es la geometría,
dónde fueron los tranvías...
Lo que vos quieras saber.
Por ejemplo ¿Dónde van
tus zapatos por la noche?
¿Cuántas lluvias lloverán?
De las aguas que caerán
¿cómo se evita el derroche?
¿Quién inventó la sandía?
¿Cómo se peina un carpincho?
¿Cuántas patas tiene un día?
¿Dónde está la pelopincho
que soñé mientras dormía?
¿Cómo es del lado de adentro
la casa de mi vecino?
¿Dónde está lo que no encuentro?
¿Qué tomo para ir al centro?
¿Y qué le importará al comino?
Hoy te debo las respuestas
de estos ejemplos que doy.
Y no es que no esté dispuesta.
Me invitaron a una fiesta
y en un minuto me voy.
Pero vos andá pensando
lo que me preguntarías.
Que mientras yo estoy bailando
tus “cómos”, “porqués” y “cuándos”
se transformen en poesía.