-Nene, y vos ¿Qué querés ser cuando seas grande? A ver, contame. Contale a la tía Chacha qué te gustaría ser. Dale, dale que la tía Chacha se muere por saber.
Punto 1, esa señora Chacha no es mi tía, es una vecina que apenas conozco. Punto 2, espero que la tal señora Chacha no se vaya a morir de verdad por saber nada de mí ni por mi culpa, de hecho realmente deseo que la muerte de la Sra. Chacha, cuando sea que suceda, no tenga nada que ver conmigo, sería muy difícil superar ese trauma, espero que se calme. Y por favor, fíjense qué palabras usan. Por ejemplo eso de “nene” nos cae pésimo.
-¿Qué pasa, nene?
Y daaaale con lo de "nene"...
-¿Te comieron la lengua los ratones?
Qué monstruosidad. Si me hubieran comido la lengua los ratones en este momento estaría en una situación muy delicada de salud y no merecería este hostigamiento y si es solamente una metáfora que se le ocurre a la gente cuando le incomoda el silencio, es de muy mal gusto y de una imaginación demasiado retorcida que me hace desconfiar de inmediato, por lo tanto me parece más seguro NO HABLAR con esas personas capaces de imaginar semejante cosa.
-¿Por qué no contestás? ¿Te da vergüenza contarme? Ah... Pobrecito... Le da vergüenza hablar...
Si hay algo realmente odioso e incómodo es que nos hablen de nuestra vergüenza. Si sentimos vergüenza siempre es algo de lo que NO QUEREMOS HABLAR y si no sentimos vergüenza, el hecho de que nos digan que tenemos vergüenza, inmediatamente nos va a provocar vergüenza. No sé si he sido claro, espero que sí.
- O por ahí es que sos un poquito maleducado y no respondés cuando te hacen una pregunta. Eso está muy mal. Pero noooo... Vos sos un nene bueno y le vas a contar a la tía Chacha qué vas a ser cuando seas grande ¿no?
Insisto, NO ES MI TIA. Pero vamos a lo importante: Hay que tener mucho cuidado con la palabra “maleducado”. La razón que nos puede llevar a conductas como quedarnos callados, enojarnos, estar muy pero muy distraídos y otras, no necesariamente es la mala educación. Sres. adultos, consideren que puede haber otros motivos, a saber:
-que no sepamos una respuesta
-que tengamos alguna GRAN preocupación
-que necesitemos ir al baño
-que nos duela algo y ni siquiera nos hayamos dado cuenta y muchas otras muy raras como por ejemplo:
-que los maleducados sean ustedes y eso nos deje un poco confundidos.
-¿Y? ¿Me vas a contar o no qué vas a ser cuando seas grande?
Otra cosa muy molesta es cuando la gente hace preguntas porque tiene ganas de hablar, no importa de qué, y te obliga a participar aunque no tengas ni ganas ni nada importante que decir. Yo creo que si no hay algo importante que decir es mejor quedarse callado, amablemente.
-¡Pero qué maleducado de porquería...! ¡A este nene no le enseñaron modales...!
El colmo, hablar de uno como si uno no estuviera ahí presente. Buah... Ya que insiste, le respondo a la Sra. Chacha, no sea cosa que de verdad se muera por saber.
-Señora Chacha, ya que está tan preocupada por mi futuro, cumplo en responderle que yo todavía no sé a qué me voy a dedicar cuando sea grande. No he pensado en eso seriamente, entre otras razones porque soy un niño de apenas cuatro años y aunque, como podrá observar, me desenvuelvo bastante bien con las palabras para la edad que tengo, considero necesario dedicarme unos años más al juego (sano, por supuesto) hasta que, entre mis padres y yo, descubramos hacia qué actividades me inclino con más alegría y entusiasmo. Por ahora me interesan por igual la plastilina, los autos rojos y mi disfraz de Superman con el que me gusta mucho acompañar a mi mamá al supermercado y le aseguro, no me da ninguna vergüenza, al contrario, me siento muy orgulloso. Y honestamente, señora, aunque soy un niño muy conversador espero que sepa disculparme pero no me apetece continuar esta conversación con usted ya que por lo que veo -aunque parecía muy interesada en mi respuesta- ahora estoy casi seguro de que se quedó profundamente dormida escuchándome. Hasta luego y que tenga usted muy buenas... sueños.
IMPORTANTE: Si preguntan, escuchen la respuesta. Si no les interesa, no pregunten. Muchas gracias.
Punto 1, esa señora Chacha no es mi tía, es una vecina que apenas conozco. Punto 2, espero que la tal señora Chacha no se vaya a morir de verdad por saber nada de mí ni por mi culpa, de hecho realmente deseo que la muerte de la Sra. Chacha, cuando sea que suceda, no tenga nada que ver conmigo, sería muy difícil superar ese trauma, espero que se calme. Y por favor, fíjense qué palabras usan. Por ejemplo eso de “nene” nos cae pésimo.
-¿Qué pasa, nene?
Y daaaale con lo de "nene"...
-¿Te comieron la lengua los ratones?
Qué monstruosidad. Si me hubieran comido la lengua los ratones en este momento estaría en una situación muy delicada de salud y no merecería este hostigamiento y si es solamente una metáfora que se le ocurre a la gente cuando le incomoda el silencio, es de muy mal gusto y de una imaginación demasiado retorcida que me hace desconfiar de inmediato, por lo tanto me parece más seguro NO HABLAR con esas personas capaces de imaginar semejante cosa.
-¿Por qué no contestás? ¿Te da vergüenza contarme? Ah... Pobrecito... Le da vergüenza hablar...
Si hay algo realmente odioso e incómodo es que nos hablen de nuestra vergüenza. Si sentimos vergüenza siempre es algo de lo que NO QUEREMOS HABLAR y si no sentimos vergüenza, el hecho de que nos digan que tenemos vergüenza, inmediatamente nos va a provocar vergüenza. No sé si he sido claro, espero que sí.
- O por ahí es que sos un poquito maleducado y no respondés cuando te hacen una pregunta. Eso está muy mal. Pero noooo... Vos sos un nene bueno y le vas a contar a la tía Chacha qué vas a ser cuando seas grande ¿no?
Insisto, NO ES MI TIA. Pero vamos a lo importante: Hay que tener mucho cuidado con la palabra “maleducado”. La razón que nos puede llevar a conductas como quedarnos callados, enojarnos, estar muy pero muy distraídos y otras, no necesariamente es la mala educación. Sres. adultos, consideren que puede haber otros motivos, a saber:
-que no sepamos una respuesta
-que tengamos alguna GRAN preocupación
-que necesitemos ir al baño
-que nos duela algo y ni siquiera nos hayamos dado cuenta y muchas otras muy raras como por ejemplo:
-que los maleducados sean ustedes y eso nos deje un poco confundidos.
-¿Y? ¿Me vas a contar o no qué vas a ser cuando seas grande?
Otra cosa muy molesta es cuando la gente hace preguntas porque tiene ganas de hablar, no importa de qué, y te obliga a participar aunque no tengas ni ganas ni nada importante que decir. Yo creo que si no hay algo importante que decir es mejor quedarse callado, amablemente.
-¡Pero qué maleducado de porquería...! ¡A este nene no le enseñaron modales...!
El colmo, hablar de uno como si uno no estuviera ahí presente. Buah... Ya que insiste, le respondo a la Sra. Chacha, no sea cosa que de verdad se muera por saber.
-Señora Chacha, ya que está tan preocupada por mi futuro, cumplo en responderle que yo todavía no sé a qué me voy a dedicar cuando sea grande. No he pensado en eso seriamente, entre otras razones porque soy un niño de apenas cuatro años y aunque, como podrá observar, me desenvuelvo bastante bien con las palabras para la edad que tengo, considero necesario dedicarme unos años más al juego (sano, por supuesto) hasta que, entre mis padres y yo, descubramos hacia qué actividades me inclino con más alegría y entusiasmo. Por ahora me interesan por igual la plastilina, los autos rojos y mi disfraz de Superman con el que me gusta mucho acompañar a mi mamá al supermercado y le aseguro, no me da ninguna vergüenza, al contrario, me siento muy orgulloso. Y honestamente, señora, aunque soy un niño muy conversador espero que sepa disculparme pero no me apetece continuar esta conversación con usted ya que por lo que veo -aunque parecía muy interesada en mi respuesta- ahora estoy casi seguro de que se quedó profundamente dormida escuchándome. Hasta luego y que tenga usted muy buenas... sueños.
IMPORTANTE: Si preguntan, escuchen la respuesta. Si no les interesa, no pregunten. Muchas gracias.